¡AMA Y… TENDRÁS VIDA! Domingo XV, ciclo C

Dividiré esta homilía en cuatro partes:

  • El arte de amar es el arte de vivir
  • Entrar en la vida
  • Ser prójimo o no serlo
  • Aproximarse… pero ¿a quién?

El arte de amar es el arte de vivir

Dios es Amor. Dios es el gran experto en el arte de amar. Ese el objetivo de sus mandamientos: generar alianzas de amor. Así lo proclama hoy la primera lectura del Deuteronomio: un verdadero manual sobre el arte de amar: ¡Escucha…! ¡Amarás!

El primer mandato no es ¡amarás!, sino ¡escucha! ¡está atento! Porque nuestro amor es respuesta, no iniciativa. Escuchando y atendiendo todo lo que nos rodea, descubriremos que somos amados por Dios. Contemplando su amor, aprenderemos a corresponder: amor con amor se paga. El amor a Dios no es iniciativa nuestra, sino respuesta a su amor inmenso hacia nosotros.

Entrar en la vida

Un escriba le preguntó a Jesús -para tentarlo- qué hacer para entrar en la vida. Su pregunta asumió la perspectiva del “hacer” y de la “obligación” (“qué hay que hacer”). El escriba le respondió con las cláusulas de la Alianza de Dios con su Pueblo, precedidas por el “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, todo tu ser”. Jesús alabó su respuesta y su conducta

Ser prójimo o no serlo

Nos viene bien la pregunta que el escriba le hizo a Jesús, para justificarse: ¿quién es mi prójimo? No le preguntó “¿quién es mi Dios para que yo lo ame?”, sino: ¿quién es mi prójimo? ¿A quién debo amar? Un podría esperar una respuesta como: “tu prójimo es tu esposa, tus hermanos judíos, tus compañeros de trabajo…”. Sin embargo, Jesús le respondió con la parábola del samaritano y una frase única: ¡hazte prójimo!, ¡aproxímate! ¡Acércate!

Aproximarse… pero ¿a quién?

El sacerdote y el levita de la parábola, ¡no se acercaron! ¿Su cargo se lo impedía? No solo eso, sino -sobre todo- su falta de compasión y su dureza de corazón. En cambio, el samaritano-hereje se vió invadido por la compasión e hizo por el herido todo aquello que había que hacer para salvarlo.

Quien se hace prójimo -se acerca- al necesitado, se convierte en el mejor instrumento y presencia de Dios para dar vida.

El samaritano tuvo que interrumpir su plan de viaje; puso gratuitamente a disposición del necesitado sus cuidados, incluso al mesonero le anticipó un dinero para que él lo cuidara.

Conclusión

“Ama y tendrás vida”. Seamos cercanos a cualquier necesidad que descubramos a nuestro alrededor. Hagamos del amor compasivo nuestra arma más poderosa.

Muchas veces hay que amar a oscuras, en la fe, en la fidelidad más descarnada. Pero, al final, el amor vencerá, porque no podrán anegarlo los ríos, ni la muerte podrá acabar con el amor.

AMOR INCONDICIONAL

[Estribillo]
¿Incondicional? La cruz nos llama hoy, a soltar el peso, a disolver el dolor.
No hay deuda tan profunda que no pueda sanar,
El perdón es el río que nos viene a liberar.
Sin medida el amor, sin fronteras el perdón,
Un nuevo amanecer, pura revolución.

[Estrofa 1]
Cargamos en el alma mil heridas sin razón,
Cadenas invisibles que atan el corazón.
El eco del rencor, un veneno sutil,
Nos roba la esperanza, nos hace sentir ruin.
Pero Jesús nos muestra un camino distinto,
Donde el sol del amor ahuyenta el instinto.

[Estribillo]
¿Incondicional? La cruz nos llama hoy, a soltar el peso, a disolver el dolor.
No hay deuda tan profunda que no pueda sanar,
El perdón es el río que nos viene a liberar.
Sin medida el amor, sin fronteras el perdón,
Un nuevo amanecer, pura revolución.

[Estrofa 2]
Mirando al que nos hiere, al que nos hizo mal,
El juicio se levanta, un muro de cristal.
Mas Él nos desafía a romper esa pared,
A ver en el que falla una herida que atender.
La empatía es la llave, la entrega el valor,
Para sembrar la gracia donde hubo amargor.

[Estribillo]
¿Incondicional? La cruz nos llama hoy, a soltar el peso, a disolver el dolor.
No hay deuda tan profunda que no pueda sanar,
El perdón es el río que nos viene a liberar.
Sin medida el amor, sin fronteras el perdón,
Un nuevo amanecer, pura revolución.

[Estrofa 3]
No es fácil el camino, la carne se resiste, Clama por justicia, por aquello que persiste.
Pero el amor de Cristo es más fuerte que el afán,
Nos muestra que al perdonar, nosotros también ganamos.
Se libera el espíritu, se rompe la prisión,
Y el alma se ilumina con una nueva canción.

[Estribillo]
¿Incondicional? La cruz nos llama hoy, a soltar el peso, a disolver el dolor.
No hay deuda tan profunda que no pueda sanar,
El perdón es el río que nos viene a liberar.
Sin medida el amor, sin fronteras el perdón,
Un nuevo amanecer, pura revolución.

[Estrofa 4]
Así se transforma el mundo, de uno en uno, sin final,
Tejiendo la esperanza, borrando todo mal.
Si el perdón se hace carne en cada corazón,
La paz será la herencia, la verdadera misión.
Un reino ya presente, promesa de verdad,
Fruto de la entrega, pura libertad.

[Estribillo]
¿Incondicional? La cruz nos llama hoy, a soltar el peso, a disolver el dolor.
No hay deuda tan profunda que no pueda sanar,
El perdón es el río que nos viene a liberar.
Sin medida el amor, sin fronteras el perdón,
Un nuevo amanecer, pura revolución.

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