¿Qué visión de la vida consagrada ha ido madurando y expresando el Papa Francisco a lo largo de su pontificado? Yo me atrevería a decir que en sus múltiples intervenciones sobre la vida consagrada el Papa Francisco nos ha invitado a IMAGINAR, SOÑAR Y PLASMAR UN NUEVO RELATO de vida consagrada para nuestro tiempo, en el que la profecía, la mística y la comunión sean las características en las que nos reconozcamos y seamos reconocidos en la Iglesia y en la Sociedad. Lo que escribí hace ya diez años, contenía en germen, lo que posteriormente el magisterio del Papa ha ido desarrollando y desplegando en sus múltiples encuentros con la vida consagrada en sus más variadas formas. Cuando su voz física ha quedado totalmente silenciada por la muerte, que la evocación de sus palabras nos lleve a meditar y preguntarnos: ¿qué estamos haciendo con su legado?[1].
I. Atención al Contexto
Lo que el Papa Francisco nos dice y sueña sobre la vida consagrada forma parte de un contexto. Él es un Papa que piensa “desde abajo y con el Espíritu”: utiliza metáforas inspiradoras, hace gestos extraordinarios y nos ha ofrecido varios textos que impresionan por su actualidad e incisividad: las exhortaciones “Evangelii Gaudium” y “Amoris Letitia” y la encíclica “Laudato si”; y no debemos olvidar los discursos del papa Francisco en el Centro Expo Feria de Santa Cruz de la Sierra y en el Congreso de Washington. En este magisterio nos propone un marco para discernir cómo los miembros de la Iglesia podemos responder a los signos de nuestro tiempo[2]. Y entre ellos estamos nosotros: las personas que pertenecemos a la vida consagrada.
Un principio fundamental para el Papa es que: “
“Una auténtica fe –que nunca es cómoda e individualista- siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo” (EG, 183).
Este cambio del mundo acontece a través de la resistencia al paradigma tecnocrático que provoca desastres medioambientales, cuyas mayores víctimas son los pobres (LS 112)[3]. Por eso, el Papa ha radicalizado la opción por los pobres, como exigencia ética fundamental para la realización efectiva del bien común (LS, 158); ha mostrado que la justicia es manifestación de amor y misericordia[4]. Se pretende que los pobres no sean sujetos de su propio destino y actores de quienes tenemos mucho que aprender[5]. La desigualdad y la y exclusión son las raíces de los males sociales[6] .
En su discernimiento el Papa Francisco quiere rehabilitar la política, que es una de las formas más altas de caridad”[7]. Recuperar la validez de la política es recuperar el horizonte de síntesis y de unidad de una comunidad, “expresión simbólica de la vida común”[8]: armonización de intereses, de organización de la racionalidad política para dirimir los conflictos. El Papa pide que la política no sea esclava de la economía y de las finanzas. Más todavía: añora la “mística política” que mostraron los sueños de personajes como Luther King, Dorothy Day o Thomas Merton, “sueños que despiertan lo de más profundo y verdadero que se encuentra en los pueblos”. Nuestra Patria Grande es el Planeta. En su oración política (encuentro de Santa Cruz – Bolivia-), el papa clamó:
“ninguna familia sin casa, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin oportunidades, ningún anciano sin una ancianidad venerable”.
Desde este contexto de auténtica teología política –yo diría, pneumatología política[9]– el Papa Francisco interpela no pocas veces a la vida consagrada para que entre en procesos de transformación y escriba un nuevo relato de vida consagrada en nuestro tiempo.
Forma parte de este contexto del papa Francisco su llamada a todas las formas de diálogo, y en especial, el diálogo inter-confesional, inter-religioso, inter-cultural. Sólo comprometiéndonos con la edificación de una Iglesia sinodal —misión a la cual todos estamos llamados, cada uno en el papel que el Señor le confía— se llegará al auténtico ecumenismo[10]:
“Nuestra mirada se extiende también a la humanidad. Una Iglesia sinodal es como un estandarte alzado entre las naciones (cf. Is 11,12) en un mundo que —aun invocando participación, solidaridad y la transparencia en la administración de lo público— a menudo entrega el destino de poblaciones enteras en manos codiciosas de pequeños grupos de poder. Como Iglesia que «camina junto» a los hombres, partícipe de las dificultades de la historia, cultivamos el sueño de que el redescubrimiento de la dignidad inviolable de los pueblos y de la función de servicio de la autoridad podrán ayudar a la sociedad civil a edificarse en la justicia y la fraternidad, fomentando un mundo más bello y más digno del hombre para las generaciones que vendrán después de nosotros”[11].
II. El relato del Espíritu
En la primera plenaria de la Congregación para Institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica (CIVSCVA) se estudio el tema “Vino Nuevo en odres nuevos” a 50 años de LG y PC. El Papa Francisco recibió a sus más de 50 miembros en audiencia y, haciéndose eco de los estudios de aquellos días –precisamente la semana anterior al inicio del año de la vida consagrada- ratificó aspectos muy importantes que se pueden sintetizar en los siguientes puntos:
- El viento del Espíritu Santo ha soplado con fuerza en el tiempo posconciliar, impulsando a la renovación espiritual, carismática e institucional en los Institutos –pedida por el Concilio- y también suscitando en el corazón de hombres y mujeres nuevas modalidades de respuesta a la invitación de Jesús a dejarlo todo para dedicar la propia vida a seguirlo y anunciar el Evangelio[12].
- En esta porción de la viña del Señor –la vida consagrada- ha madurado una “uva nueva” y un “vino nuevo” ha sido destilado, cuya calidad habéis querido evaluar en estos días. Al mismo tiempo habéis querido evaluar “los odres” que lo contienen, representados en las formas institucionales presentes hoy en la vida consagrada, para ver si son adecuados para contener “el vino nuevo” y si favorecen su fermentación.
- No habéis ocultado áreas de debilidad en la VC actual: resistencias al cambio, disminución de la fuerza de atracción, el número no irrelevante de abandonos, la fragilidad de ciertos itinerarios formativos, la excesiva preocupación por tareas instituciones y ministeriales en merma de la vida spiritual, la difícil integración de las diversidades culturales y generacionales, un problemático equilibrio en el ejercicio de la autoridad y en el uso de los bienes -¡me preocupa la pobreza!- La pobreza es la madre y el muro de la vida consagrada (san Ignacio) [13].
Después de estas constataciones el Papa exhortó a:
- No tener miedo de abandonar los “odres viejos”: renovar costumbres y estructuras que en la vida de la Iglesia y de la vida consagrada se reconoce que no responden a lo que Dios nos pide para hacer avanzar su Reino: estructuras que ofrecen una falsa protección y que condicionan el dinamismo de la Caridad, costumbres que nos alejan del rebaño al que somos enviados e impiden escuchar el grito de cuantos esperan la Buena Noticia de Cristo Jesús[14]. Esto exige compromiso y habilidad para encontrar el espacio idóneo y acoger y hacer fructificar los nuevos dones con los cuales el Espíritu sigue embelleciendo a la Iglesia-Esposa
- Escuchar las señales del Espíritu que abre nuevos horizontes e impulsa a nuevos caminos, partiendo siempre de la Regla suprema del Evangelio e inspirados por la audacia creadora de vuestros Fundadores/as[15].
- A discernir desde: a) la originalidad evangélica de las opciones; b) la fidelidad al carisma, c) el primado del servicio, d) la atención a los más pequeños y frágiles, e) y el respeto a la dignidad de toda persona[16].
- A continuar trabajando con generosidad e iniciativas en la viña del Señor para favorecer el crecimiento y la maduración de nuevos racimos, de los que obtener un generoso vino, que fortalecerá la vida de la Iglesia y alegrará el corazón de tantos hermanos y hermanas necesitados de vuestros cuidados diligentes y maternos.
- A la oración, la alabanza, la adoración: sin oración el vino se vuelve vinagre[17].
Que la Virgen María os acompañe y os obtenga un nuevo ardor de resucitados y la santa audacia de buscar nuevos caminos. Que el Espíritu Santo os asista e ilumine[18]. Envejeced como el buen vino. No os olvidéis de la primera llamada[19].
III. El Relato “místico”
El Papa Francisco invita a la vida consagrada a convertirse en un auténtico relato existencial “místico”. Lo propio de la “mística” es que configura una forma de vida en la cual prevalece la gracia sobre el esfuerzo humano, la acción del Espíritu sobre la acción humana. Esto no quiere decir que la acción de Dios en nosotros elimine nuestra propia responsabilidad. No hemos de olvidar que Dios ha establecido su Alianza bilateral con nosotros. Es una alianza de amor que no nos anula, sino que cuenta con nosotros. Pero es la acción de Dios la que obtiene de nosotros la mejor de las respuestas, la que estimula en nosotros la emergencia de las mejores energías y capacidades. De todas formas es sumamente importante descubrir la “fuente energética” misteriosa o mística que nos transforma: y ésta es la acción del Espíritu, la centralidad de Jesús, la Gracia de Dios Padre.
1.Personas iluminadas por el Espíritu
El relato “místico” de la vida consagrada se inicia con un reconocimiento del protagonismo del Espíritu Santo. La vida religiosa no ha de entenderse desde sí misma, desde sus normas, sus reglas, sus constituciones. El Espíritu es la energía divina que hace nacer la vida consagrada, que la anima permanentemente, que la lleva a su perfección y santidad.
El Papa Francisco muestra, por eso, una preferencia por sustituir la expresión “espiritualidad” por una referencia más directa al Espíritu Santo. Por eso, en lugar de hablar de “espiritualidad de la evangelización” prefiere hablar de “evangelizadores con Espíritu”.
El Espíritu es denominado en el discurso que el papa Francisco les dirigió a los Capitulares de la Orden de Frailes Menores “el animador de la vida religiosa”:
“El Espíritu Santo es animador de la vida religiosa. Cuanto más espacio le demos, tanto más será el animador de nuestras relaciones y de nuestra misión en la Iglesia y en el mundo. Cuando las personas consagradas viven dejándose iluminar y guiar por el Espíritu, descubren en esta visión sobrenatural el secreto de su fraternidad, la inspiración de su servicio a los hermanos, la fuerza de su presencia profética en la Iglesia y en el mundo. La luz y la fuerza del Espíritu también os ayudarán a afrontar los desafíos que están ante vosotros, en particular la reducción numérica, el envejecimiento y la disminución de las nuevas vocaciones. Este es un desafío. También os digo: el pueblo de Dios os ama[20].
En este precioso texto –totalmente pneumatológico- se habla de dejar siempre más espacio al Espíritu animador, al Espíritu que es guía, luz y fuerza: esto tendrá repercusión inmediata en las relaciones –“el secreto de la fraternidad”, en la aportación peculiar de la vida consagrada a la misión en la iglesia y en el mundo –“la inspiración del servicio a la hermanos y la poderosa presencia profética-; y en la desazón por la reducción numérica.
En otra ocasión el Papa Francisco utilizó la imagen poética del agua denominada como “linfa” bella imagen:
“La linfa que trae vida y transforma los corazones es el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo”[21].
Reafirmando el protagonismo del Espíritu Santo en la Misión, el papa Francisco animó a las Hijas de María Auxiliadora a “seguir en esta línea que el Espíritu” las estaba inspirando; a dejarse llevar, abrir el corazón a las mociones interiores de la gracia de Dios, ampliar la mirada, a ser testimonio profético y presencia educativa[22]. Y a los Salesianos les ratificó: “la evangelización de los jóvenes es la misión que el Espíritu Santo os ha confiado en la Iglesia[23]
2. Personas descentradas de sí mismas y centradas vitalmente en Jesús
Jesucristo vivo está en el centro de las diversas formas de vida consagrada. Esto implica que los consagrados sean
“personas descentradas de sí mismas y cuyo centro vital sea la persona viva de Jesús”[24].
Pero si Jesús está en el centro es porque está en el origen vocacional:
“No me habéis elegido… Yo os he elegido”
El Papa Francisco ha proclamado –sobre todo a los jóvenes consagrados- que la elección es obra del Señor, que los ha mirado: «Yo fui mirado, yo fui elegido»[25]. La elección se despliega a partir de dos miradas del Señor: la primera e inicial “el día que nos miró en el bautismo” y la segunda y posterior cuando nos dijo «si tenés ganas vení conmigo»[26]. Insistió en este aspecto en su homilía de clausura del año de la Vida Consagrada:
“la vocación es gracia, encuentro con el Señor que cambia la vida. Quien se encuentra con Jesús no puede permanecer como antes. Él es novedad que hace nuevas todas las cosas. Quien vive este encuentro se hace testigo y hace posible el encuentro para los demás, se hace promotor de la cultura del encuentro”[27].
Con su llamada el Señor nos introdujo en un camino nuevo, en “su” camino. Fue Él quien lo hizo, no nosotros. Él es la puerta; sólo a través de Él se entra en esta forma de vida. Él llama, inicia y va haciendo el trabajo. Puede ocurrir, advierte el Papa, que uno no sepa al principio para qué es elegido: “Vayan tranquilos, Él les hará comprender para qué los llamó” [28]. Después:
“Él se encarga de resucitarte, pero, hasta ahí, andá vos. Y esto se lo digo en serio, porque la Iglesia no es una empresa, no es una ONG, la Iglesia es un misterio, es el misterio de la mirada de Jesús sobre cada uno, que le dice: «Vení». Queda claro, el que llama es Jesús. Se entra por la puerta, no por la ventana, y se sigue el camino de Jesús[29].
“Cuando nos elige no nos canoniza”[30]. Seguimos siendo pecadores. Nadie puede presumir de no serlo[31]. Pero la certeza de “ser infinitamente amados” (EG, 6) permanece en nosotros como un brote de luz, que nos convierte en signo tangible de la presencia del Reino de Dios, un anticipo del júbilo eterno del cielo[32]. Lo que nos lleva hacia delante es “la ternura y el amor de Jesús: porque «aquel que empezó la buena obra en ustedes la continuará y la completará hasta el día de Jesucristo»[33].
3. Personas en la Iglesia: las dos madres para no sentirse huérfanos
Cuando se dirigió a los jóvenes de la diócesis de Roma en búsqueda vocacional el papa les habló de la necesidad del cuidado materno de las dos madres – la Virgen María y la Iglesia- para no sentirse huérfanos:
“La Virgen… nos acompaña también en nuestra decisión definitiva, la elección vocacional; porque ella acompañó a su Hijo en su camino vocacional que fue tan duro, tan doloroso. Ella acompaña siempre. Un Cristiano sin la Virgen es un Huérfano. También un cristiano sin iglesia es un huérfano. Un cristiano tiene necesidad de las dos madres, de las dos vírgenes: La Iglesia y la Virgen María. Para ver cómo va el discernimiento vocacional hay que preguntarse: ¿cómo va mi relación con las dos madres que tengo? No es cuestión de devoción, sino de profunda teología[34].
Formamos la Iglesia todos los bautizados, «consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo» y tenemos “la unción del Santo” (cf. 1 Jn 2,20.27) y participamos de la función profética de Cristo”[35]. Queremos ser iglesia sinodal, en recíproca escucha y en escucha todos del Espíritu Santo, el «Espíritu de verdad» (Jn 14,17), para conocer lo que él «dice a las Iglesias» (Ap 2,7). Y estos principios teológicos los explicita el Papa en los siguientes términos:
«El pueblo es sujeto. Y la Iglesia es el pueblo de Dios en camino a través de la historia, con gozos y dolores. Sentir con la Iglesia, por tanto, para mí quiere decir estar en este pueblo. Y el conjunto de fieles es infalible cuando cree, y manifiesta esta infalibilidad suya al creer, mediante el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo que camina. Esta es mi manera de entender el “sentir con la Iglesia” de que habla san Ignacio. Cuando el diálogo entre la gente y los obispos y el Papa sigue esta línea y es leal, está asistido por el Espíritu Santo »[36].
Esta Iglesia con la que debemos “sentir” es la casa de todos, no una capillita en la que cabe solo un grupito de personas selectas. No podemos reducir el seno de la Iglesia universal a un nido protector de nuestra mediocridad.
“Y la Iglesia es Madre —prosigue—. La Iglesia es fecunda, debe serlo. Mire, cuando percibo comportamientos negativos en ministros de la Iglesia o en consagrados o consagradas, lo primero que se me ocurre es: “un solterón”, “una solterona”. No son ni padres ni madres. No han sido capaces de dar vida. Y sin embargo cuando, por ejemplo, leo la vida de los misioneros salesianos que fueron a la Patagonia, leo una historia de vida y de fecundidad»[37].
4. En la perspectiva de lo definitivo
- El Papa es consciente de que nos encontramos en la cultura “líquida”, de lo provisorio. La elección requiere otra actitud:
- “Otra cosa que quisiera añadir es la siguiente: el sentido de lo definitivo. Esto es importante porque estamos viviendo la cultura de lo provisional. Tenemos miedo de lo definitivo. Para elegir una vocación hay que elegirla en la perspectiva de lo definitivo”[38].
- La cultura líquida: Sara, has hablado de inestabilidad: habrá tentaciones no solo al principio, sino siempre, siempre…. Hasta el fin. Sí vivimos en la cultura de lo provisorio y ha entrado también en la Iglesia. La cultura de los definitiva es la de Dios. ¿En qué cultura estoy yo? [39]
- La cultura de lo provisional: ¿Que queréis dar la vida para siempre a Cristo? Aplaudís porque estáis ahora en la luna de miel, pero ¿será siempre así? Todos, incluso nosotros los más viejos, estamos bajo la presión de la cultura de lo provisorio. Pero esto no va con Jesús. Yo no os acuso a vosotros, sino a esta cultura de la provisional[40].
5. Personas de oración y adoración
- En su visita al huerto de Getsemaní en Jerusalén, el Papa comentó emocionado el texto de Lucas:
- “Salió… al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos” (Lc 22,39).
- Y dijo:
- “Nos encontramos en este lugar santo, santificado por la oración de Jesús, por su angustia, por su sudor de sangre; santificado sobre todo por su “sí” a la voluntad de amor del Padre. Sentimos casi temor de acercarnos a los sentimientos que Jesús experimentó en aquella hora; entramos de puntillas en aquel espacio interior donde se decidió el drama del mundo[41].
- El papa Francisco resaltó cómo en aquella hora Jesús sintió la necesidad de rezar y de tener junto a sí a sus discípulos, a sus amigos, que lo habían seguido y habían compartido más de cerca su misión. Pero en sus discípulos vemos actitudes de acercamiento, de alejamiento, de incertidumbre respecto a su Maestro[42]. A partir de ahí invita a las personas consagradas a preguntarse:
- ¿quién soy yo ante mi Señor que sufre? ¿Soy de los que, invitados por Jesús a velar con él, se duermen y, en lugar de rezar, tratan de evadirse cerrando los ojos a la realidad? ¿O me identifico con aquellos que huyeron por miedo, abandonando al Maestro en la hora más trágica de su vida terrena? ¿Descubro en mí la doblez, la falsedad de aquel que lo vendió por treinta monedas, que, habiendo sido llamado amigo, traicionó a Jesús? ¿Me identifico con los que fueron débiles y lo negaron, como Pedro? ¿Me parezco a aquellos que ya estaban organizando su vida sin Él, como los dos discípulos de Emaús, necios y torpes de corazón para creer en las palabras de los profetas (cf. Lc 24,25) [43]
- O bien, gracias a Dios, ¿me encuentro entre aquellos que fueron fieles hasta el final, como la Virgen María y el apóstol Juan? Cuando sobre el Gólgota todo se hace oscuridad y toda esperanza parece apagarse, sólo el amor es más fuerte que la muerte. El amor de la Madre y del discípulo amado los lleva a permanecer a los pies de la cruz, para compartir hasta el final el dolor de Jesús. ¿Me identifico con aquellos que han imitado a su Maestro hasta el martirio, dando testimonio de hasta qué punto Él lo era todo para ellos, la fuerza incomparable de su misión y el horizonte ultimo de su vida?[44]
A partir de este cuestionamiento, el Papa invita a las personas consagradas a: - No alejarse nunca de Jesús, es decir, no dejar nunca de orar: “Si un consagrado deja la oración, el alma se seca, como esos higos ya secos, son feos, tienen una apariencia fea. El alma de una religiosa, de un religioso, de un sacerdote que no reza, es un alma fea”.[45]
- Entrar en contacto con Dios: Él tiene la primacía, nos ha amado primero; antes de que a nosotros se nos ocurra algo, Él ya nos ha precedido con su amor inmenso. El Señor nos espera en la oración, en la contemplación de su Palabra, en el rezo de la Liturgia de las Horas[46].
- El papa Francisco ha puesto un especial énfasis no solo en la oración, sino también en la adoración. A los Misioneros Claretianos, participantes en su XXV Capítulo General, les invitó a “adorar”. Comentó que en la Iglesia se hace necesaria la pedagogía de la adoración. En otro momento, dirigiéndose a la CISM comentó las dos palabras: narcisismo y adoración: El narcisismo –dijo- es el símbolo de una de las peores actitudes de un religioso: ser el espejo de sí mismo. Vivimos en una cultura del narcisismo y tenemos esta tendencia a mirarnos al espejo. Es la adoración la que nos despoja de cualquier forma de narcisismo. Este es uno de los aspectos en los que hemos de avanzar. ¿Adoramos al Señor? ¿Tenemos la capacidad de adorar al Señor? La adoración silenciosa: ¡Tú eres el Señor! Es lo contrario de mirarse a sí mismo, del narcisismo. Sed hombres y mujeres de adoración[47]. ¡Adoración! Y compartir con el pueblo santo de Dios que vive en las periferias de la historia[48].
- En conexión con la adoración el Papa ha hablado del estupor: el evangelio nos dice que los padres de Jesús se llenaron de estupor ante lo que se decía de Él. Nosotros, como cristianos y personas consagrados somos guardianes del estupor. Un estupor que pide ser renovado. ¡Ay del acostumbramiento en la vida espiritual! ¡Ay cuando nuestros carismas quedan cristalizados en una doctrina abstracta![49].
EL ARTÍCULO COMPLETO: https://www.dropbox.com/scl/fi/qdgtvtqqce96ivo9j73b9/IMAGINAR_SONAR_Y_PLASMAR_UN_NUEVO_RELATO.pdf?rlkey=tjdm2fjbapb4ya0e6w9g5us4a&st=w9dndu0k&dl=0
NOTAS
- [1] He tenido en cuenta –para redactar esta conferencia- unos 35 textos de encuentros del Papa con la vida consagrada, todos ellos tomados de la página web del Vaticano: www.vatican.va.
- [2] Cf. Johan Verstraeten, Entrar plenamente en el tejido social: el papa Francisco y el futuro del discernimiento social católico, en “Concilium” 364 (Febrero 2016), pp. 121-132.
- [3] “El paradigma tecnocrático tiende a ejercer su propio dominio también sobre la economía y sobre la política. La economía asume todo desarrollo tecnológico en función de las ganancias, sin prestar atención a las eventuales consecuencias negativas para el ser humano. Las financias sofocan la economía real” (LS, 109).
- [4] “Tenemos que buscar instituciones que promuevan la justicia más bien que tratarlas como si ellas mismas fueran manifestaciones de la justicia” Amartya Sen, La idea de Justicia, Taurus, Madrid, 2010, p. 9.
- [5] El 9 de Julio de 2015 en Santa Cruz (Bolivia) se dirigió a los participantes en movimientos populares en estos términos: “Ustedes, los más humildes, los más explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está en gran medida en sus manos, en su capacidad de organizarse y de promover alternativas creativas”… Ustedes son sembradores de cambio”.
- [6] Cf. EG, 203.
- [7] Encuentro con la clase dirigente de Brasil, 27 Julio 2013
- [8] J. Bergoglio, Lección inaugural del año académico de 1989, en la Facultad de Filosofía y Teología de la Universidad del Salvador en San Miguel (Buenos Aires).
- [9] Cf. José Cristo Rey García Paredes, Pneumatología política: la utopía renace, en “Salmaticensis”, 62 (2015), pp. 477-491. En este artículo puede verse cómo una nueva visión de la teología política acontece cuando todo se contempla desde la perspectiva de la Missio Spiritus en nuestro tiempo.
- [10] Por esta razón, hablando con una Delegación del Patriarcado de Constantinopla, he reiterado recientemente la convicción de que «el atento examen sobre cómo se articulan en la vida de la Iglesia el principio de la sinodalidad y el servicio de quien preside ofrecerá una aportación significativa al progreso de las relaciones entre nuestras Iglesias»[28]. Estoy convencido de que, en una Iglesia sinodal, también el ejercicio del primado petrino podrá recibir mayor luz. El Papa no está, por sí mismo, por encima de la Iglesia; sino dentro de ella como bautizado entre los bautizados y dentro del Colegio episcopal como obispo entre los obispos, llamado a la vez —como Sucesor del apóstol Pedro— a guiar a la Iglesia de Roma, que preside en la caridad a todas las Iglesias[29]. Mientras reitero la necesidad y la urgencia de pensar «en una conversión del papado»[30], de buen grado repito las palabras de mi predecesor el Papa san Juan Pablo II: «Como Obispo de Roma soy consciente […], que la comunión plena y visible de todas las Comunidades, en las que gracias a la fidelidad de Dios habita su Espíritu, es el deseo ardiente de Cristo. Estoy convencido de tener al respecto una responsabilidad particular, sobre todo al constatar la aspiración ecuménica de la mayor parte de las Comunidades cristianas y al escuchar la petición que se me dirige de encontrar una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva»[31].
- [11] Conmemoración del 50 Aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos – Discurso del Santo Padre Francisco – 17 octubre de 2015
- [12] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [13] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [14] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [15] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [16] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [17] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [18] A los participantes den la Plenaria CIVSVA – Sala Clementina – Jueves. 27 noviembre 2014.
- [19] XX Jornada mundial de la vida consagrada – Jubileo de la vida consagrada y clausura del año de la VC – Homilía – Basílica Vaticana, 2 Febrero 2016.
- [20] A los Capitulares de la Orden de Frailes Menores – Sala Clementina – Martes, 26 de mayo de 2015
- [21] A los miembros de la Comunidad “Seguimi” – Sala Clementina, 14 marzo 2015.
- [22] A las Hijas de María Auxiliadora (Salesianas) en su Capítulo General – Sala Clementina – 8 noviembre 2014.
- [23] Capítulo General de la Sociedad Salesiana de san Juan Bosco (Salesianos) – Sala Clementina, 31 marzo 2014.
- [24] A los miembros de la Comunidad “Seguimi” – Sala Clementina, 14 marzo 2015.
- [25] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [26] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [27] XX Jornada mundial de la vida consagrada – Jubileo de la vida consagrada y clausura del año de la VC – Homilía – Basílica Vaticana, 2 Febrero 2016.
- [28] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [29] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [30] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [31] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [32] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [33] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [34] Saludo a los jóvenes de la diócesis de Roma en búsqueda vocacional – Grotta di Lourdes dei Giardini Vaticani – 28 Junio 2014.
- [35] Conmemoración del 50 Aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos – Discurso del Santo Padre Francisco – 17 octubre de 2015
- [36] Spadaro – Entrevista al Papa – Santa Marta, 19 agosto 2013.
- [37] Spadaro – Entrevista al Papa – Santa Marta, 19 agosto 2013.
- [38] Saludo a los jóvenes de la diócesis de Roma en búsqueda vocacional – Grotta di Lourdes dei Giardini Vaticani – 28 Junio 2014.
- [39] Convenio internacional para los jóvenes Consagrados – 17 septiembre 2015 – aula Pablo VI.
- [40] Encuentro con Seminaristas, Novicios, novicias – Aula Pablo VI – Sábado 6 de Julio 2013
- [41] Encuentro con Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Seminarista – Iglesia de Getsemaní (Jerusalen), 26 de mayo de 2014
- [42] Encuentro con Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Seminarista – Iglesia de Getsemaní (Jerusalen), 26 de mayo de 2014
- [43] Encuentro con Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Seminarista – Iglesia de Getsemaní (Jerusalen), 26 de mayo de 2014
- [44] Encuentro con Sacerdotes, Religiosos, Religiosas y Seminarista – Iglesia de Getsemaní (Jerusalen), 26 de mayo de 2014
- [45] Encuentro con el clero, los religiosos y los seminaristas – Campo de deportes de la St Mary’s School, Nairobi (Kenia) Jueves 26 de noviembre de 2015
- [46] A los participantes del Capítulo General de Schoenstatt – Sala del Consistorio – 3 de septeimbre 2015
- [47] Convenio internacional para los jóvenes Consagrados – 17 septiembre 2015 – aula Pablo VI.
- [48] Asamblea nacional de la Conferencia Italiana de Superiores Mayores (CISM) – Sala Clementina, 7 noviembre 2014.
- [49] XX Jornada mundial de la vida consagrada – Jubileo de la vida consagrada y clausura del año de la VC – Homilía – Basílica Vaticana, 2 Febrero 2016.
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