Hay un momento en la vida en que la generosidad cede ante la avaricia o el consumismo: las decepciones nos empujan a centrarnos en nosotros mismos, olvidando las necesidades ajenas.
Dividiré esta homilía en tres partes:
- La avaricia
- Su rostro posmoderno: el consumismo
- Buscad los bienes de arriba
La avaricia
Quien se deja dominar por la avaricia rechaza cualquier petición, ya sea de un mendigo o de una causa noble, cerrándose al prójimo por miedo a no tener suficiente para sí mismo. Su vida gira en torno a conservar y multiplicar lo que posee, temiendo la inseguridad y el vacío del futuro.
¡Bienaventurados los pobres de espíritu, pues no serán esclavos del dios Mammón!. La avaricia, pecado capital, impide la felicidad y la plenitud; conocer sus mecanismos nos ayuda a combatirla. Como afirma Humberto Galimberti, la avaricia es el pecado más estúpido, pues quien la padece acumula bienes que jamás disfruta, encontrando poder solo en el hecho de poseer.
El avaro renuncia a vivir: cuanto menos gasta, más cree ganar, llegando incluso a ocultar sus bienes para que nadie los codicie. El centro de su existencia es el temor al futuro, el horror al vacío y a la muerte. Jesús advierte al avaro: “¡Esta noche te arrebatarán la vida!”, invitándolo a salir de ese laberinto.
La avaricia puede camuflarse incluso tras la pobreza más austera: ¿de qué sirve una vida de privaciones si solo engendra dependencia del dinero nunca gastado? En el fondo, la avaricia lleva a la idolatría y a la adoración de lo material.
Su rostro posmoderno: el consumismo
El consumismo, por otra parte, es uno de los “nuevos vicios”, o una viciosa tendencia colectiva y social (Humberto Galimberti). No seguirla es queda socialmente excluido y marginado. ¿Por qué es un vicio el “consumismo”?
Un índice de bienestar en nuestras naciones es la producción. Lo que se produce ha de buscar salidas en el consumo: ¡a mayor producción mayor consumo y a mayor consumo más producción! El consumo es entonces un medio de producción. La publicidad se encarga de producir necesidades; nos pide que renunciemos a los objetos que ya poseemos, y que tal vez aún nos ofrecen un buen servicio, o incluso que los destruyamos, para elegir otros que están llegando y que van a resultar “imprescindibles”.
El consumismo se rige por el principio de la destrucción. No favorece el que las cosas duren, sino que sean reemplazadas. Y cuando todavía sirven, se hace lo posible para que estén “fuera de moda”, o “descatalogadas”. Lo peor es que una humanidad que “trata el mundo como un mundo de usar y tirar se trata a sí misma también como una humanidad de usar y tirar”( Günther Anders), vive “bajo el imperio de lo efímero” (Lipovetski).
Jesús nos pide que evitemos toda clase de codicia. La vida no depende de nuestros bienes, ni de nuestros proyectos.
¡Buscad los bienes de arriba!
Jesús nos quiere felices y esa felicidad nos llega como un regalo del cielo, cuando menos lo pensemos. A quienes no adoran al dios de la avaricia, del consumismo, del sexo, Dios les da el ciento por uno en esta vida y la vida eterna. Quien pierde gana, quien se olvida de sí se recupera.
Lo más importante es ser rico para Dios. ¡Bienaventurados los pobres, porque Dios reinará en su favor y los recompensará!
Jubileo de los Influencers: ¡Reinventarnos hoy, Señor!
[Estribillo] Reinventarnos hoy, Señor, ser verbo y no sustantivo, celar tu Reino en lo cotidiano, Amar, vivir contigo. Reinventarnos hoy, Señor, ser luz en lenguajes nuevos, pobres, castos, libres, juntos, misioneros en tus medios.
[Estrofa 1] Somos frontera, umbral y camino, centro de valores para el mundo herido, en casa, profetas del Reino, De todos lo perdido. No somos solos testigos, estamos encendido fuego, Líquido a ser verbo, movimiento, sentido.
[Estribillo] Reinventarnos hoy, Señor…
[Estrofa 2] Danzamos juntos, jóvenes y mayores, mezclando historias, sueños y colores. Familia extendida, comunidad que aprende, lazos de amistad que el Espíritu enciende. El presente y el futuro se abrazan en la fe, tejiendo esperanza donde la vida se ve.
[Estrofa 3:] Obediencia es servicio, sin fronteras ni miedo, Celibato es familia, Reino en cada encuentro. Pobreza es compartir, la creación como don, compromiso misionero, comunidad y canción. No es renuncia vacía, es plenitud y alianza, vivir en liminalidad, misterio y confianza.
[Estribillo] Reinventarnos hoy, Señor…
[Estrofa 4] Editores de vida, apóstoles en rojo, transformando palabras en pan y en sed. Librerías que son centros de encuentro y verdad, evangelio multimedia, cultura y dignidad. Nuevos lenguajes, inteligencia y pasión, San Pablo hoy, en cada conexión.
[Estrofa 5] La oración es vínculo, la comunidad, hogar, ser puente y abrazo en un mundo digital. Recuperar la mística del encuentro profundo, ser eco del Espíritu, abierto al mundo. Fraternidad interrelacional, misión de compasión, ser signo profético, testigos de tu amor.
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