¿ES DESEABLE LA VIDA ETERNA? ¡INOPORTUNA PREGUNTA!

Las tremendas preguntas del papa Benedicto XVI

Me impresionó mucho la encíclica “Spe Salvi” (“salvados en esperanza”) del papa Benedicto XVI. En ella el papa se preguntaba:

  • ¿Queremos en verdad esto: vivir eternamente?
  • Y se respondía: –“Hay personas a quienes la vida eterna no les parece deseable; quieren esta vida de ahora, la eterna les parece un obstáculo; seguir viviendo siempre -sin fin- parece más una condena que un don… vivir sin un término sería aburrido y al final insoportable”.
  • La gran cuestión es: ¡no queremos morir, pero tampoco existir ilimitadamente: entonces, ¿qué es lo que queremos? ¡Esta es nuestra docta ignorancia!

“Nadie os quitará vuestra alegría (Jn 16,22)

Para Jesús:

  • la vida que prometía no era un continuo sucederse de días del calendario. Era un momento pleno de satisfacción, en el cual la Totalidad nos abraza y nosotros abrazamos la Totalidad.
  • Será el momento de sumergirse en el océano del amor sin límites, de la sabiduría sin límites, en el cuál el tiempo -el antes y el después- ya no existe.

Jesús les dijo a sus discípulos y a nosotros también hoy:

  • “Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón… y nadie os quitará vuestra alegría” (Jn 16,22).
  • Por eso, no debemos temer la muerte ni a su “después”… porque nos salva de una existencia llena de límites. La muerte es la solución.
  • Por eso, deberíamos olvidarnos de ese resignado “¡que descanse en paz” y sustituirlo por “¡entra en el gozo de tu Señor”, “hoy estarás con Él en el Paraíso”. “Abbá, en tus manos encomiendo mi vida”. Y … dejemos ya de especular… porque cualquier imaginación nos hará daño. ¡Confiemos!

¡No os aflijáis como los hombres sin esperanza! (1 Tes 4,13)

Le preguntó un periodista al cardenal de Malinas (Bélgica), Leo Suenes -uno de los padres del Concilio Vaticano II-: ¿cuál es para Ud. el mayor obstáculo a la evangelización hoy? Y respondió: “La falta de fe-esperanza de los cristianos, en aquello que por gracia de Dios ellos son realmente”.

Debemos afrontar la falta de sentido. Necesitamos relatos portadores de sentido, capaces de hacernos soñar. Hacemos bien en luchar contra el dolor, contra el mal acumulado en la historia. Jesús quería que la gente que le seguía, soñase. A quienes se sentían seducidos por su causa les decía: “El Abba os ha atraído hacia mí”. Y les hablaba del Abbá seductor, que desea en el mundo de seres humanos libres, que se haga realidad su buena voluntad, que la tierra sea ya como un cielo. Y por eso, el Abbá concede el Pan de Vida.

Claro que lloramos a nuestros difuntos, a quienes estos días nos han abandonado… pero ellas y ellos ya han entrado en el Gozo. Forman parte de una gran familia con las mejores joyas de toda la humanidad: en santidad, en ciencia, en arte, en simpatía. Ahora conocen sin límites, aman sin límites. Y pertenecen a ese mundo invisible que nos ama y nos cuida.

Como la mujer hemorroísa: otra forma de comulgar

¿Será que comiendo el pan de vida, nos curamos y no moriremos? ¿será que Jesús nos va a resucitar después de morir? Si todo fuera tan sencillo, los católicos tendríamos que rebelarnos contra quienes nos impiden-en este tiempo de confinamiento- ir a los templos a comulgar (¡nos privarían de la “medicina de la inmortalidad!, el pan de vida” ). Pero uno puede comulgar escuchando y meditando la Palabra de Dios (¡que es Pan de Vida!). Aunque también uno puede comulgar la Palabra o el Cuerpo eucarístico y… ¡no contactar con Jesús!. Como aquella multitud que lo rodeaba y apretujaba . Sin embargo, se acercó a él una mujer con fé, con mucha fé, y tocó la orla de su manto. Entonces Jesús, sorprendido, preguntó: ¿quién me ha tocado? Y Simón Pedro le respondió: “toda la gente te está apretujando y te ¿haces esa pregunta?”. Y Jesús respondió: “Alguien me ha tocado… una fuerza especial ha salido de mí”.

La cuestión no es ponerse en la fila de la comunión, sino “tocar” el pan de la Vida para extraerle vida, esperanza, sentido. Quien tiene esperanza, como aquella mujer, la hemorroísa, vive y actúa de otra manera. Entonces acontece el milagro… Hay dioses inciertos, que no son fiables, que no suscitan esperanza. Con ellos, el futuro es muy incierto. Los cristianos sabemos que hay un porvenir: que nuestra vida no acaba en el vacío, sino en las manos de Dios nuestro Abbá, en el Paraíso de Jesús… y que hay una Mujer -quizá la patrona de tu pueblo, quizá la de ese Santuario que tanto te seduce- que estará a nuestro lado, orando por nosotros, “en la hora de nuestra muerte”..

Plegaria

Jesús, señor nuestro, ¡qué difícil nos resulta comprender la expresión “vida eterna” ! Nuestra imaginación nos suscita preguntas, nos atemoriza y nos pone al borde de la desesperación. ¿Qué nos quieres decir? El Abbá nos ha amado tanto, que no desea ser un Dios de muertos, de cadáveres… Confiamos en Ti, en Él, en vuestro Santo Espíritu. Se acabaron nuestras vacilaciones. En vuestras manos encomendamos nuestro cuerpo y nuestro espíritu. 

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Una respuesta en “¿ES DESEABLE LA VIDA ETERNA? ¡INOPORTUNA PREGUNTA!

  1. Gracias, muchísimas gracias por tan ricas reflexiones reveladoras de la intimidad con el Amado y que despiertan más el deseo de “tocarle”, de esperar con paz el día del encuentro amoroso con el ABBA!
    Combinación hermosa de reflexión y arte: pintura, música… muchas gracias!

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