Hace diez años -por iniciativa del papa Francisco- se celebró el “año de la vida consagrada”. El Dicasterio para la Vida Consagrada, inspirándose en el magisterio del papa Francisco, fue publicando cinco cartas, que supusieron un paso adelante en la comprensión y configuración de la vida caracterizada por la profesión de los consejos evangélicos. Supusieron un paso adelante en la comprensión eclesial de la vida consagrada, de su teología y de su praxis. Transcurridos diez años, ¿en qué contexto nos encontramos? ¿Cómo podemos releer aquellos cinco mensajes? Ofrezco una reflexión que pueda ayudarnos y estimularnos a una nueva relectura.
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