LOS LIMPIOS DE CORAZÓN (San Gregorio de Nisa, Homilía 6 sobre las bienaventuranzas)

Se habla del “nuevo ascetismo” (Sarah Coakley) en el sentido de que es muy importante en nuestra vida purificar nuestros “deseos”. No hemos de renunciar al deseo, sino mantenerlo en un continuo estado de vigilancia y de purificación. San Gregorio de Nisa fue el gran maestro de este ascetismo. Por eso, traigo hoy (27, junio 2020) a mi página el bello texto que hoy nos propone el Oficio de Lecturas de la Liturgia de las Horas.

Dios puede ser hallado en el corazón del hombre


La salud corporal es un bien para el hombre; pero lo que interesa no es saber el porqué de la salud, sino el poseerla realmente.

  • En efecto, si uno explica los beneficios de la salud, mas luego toma un alimento que produce en su cuerpo humores malignos y enfermedades,
  • ¿de qué le habrá servido aquella explicación, si se ve aquejado por la enfermedad?


En este mismo sentido hemos de entender las palabras que comentamos, o sea, que el Señor llama dichosos

  • no a los que conocen algo de Dios,
  • sino a los que lo poseen en sí mismos. 

Dichosos, pues, los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Y no creo que esta manera de ver a Dios, la del que tiene el corazón limpio, sea una visión externa, por así decirlo, sino que más bien me inclino a creer que lo que nos sugiere la magnificencia de esta afirmación es lo mismo que, de un modo más claro, dice en otra ocasión: El reino de Dios está dentro de vosotros; 

  • para enseñarnos que el que tiene el corazón limpio de todo afecto desordenado a las criaturas contempla, en su misma belleza interna, la imagen de la naturaleza divina.
  • Yo diría que esta concisa expresión de aquel que es la Palabra equivale a decir:
    • «Oh vosotros, los hombres en quienes se halla algún deseo de contemplar el bien verdadero, cuando oigáis
      • que la majestad divina está elevada y ensalzada por encima de los cielos,
      • que su gloria es inexplicable,
      • que su belleza es inefable,
      • que su naturaleza es incomprensible,
      • ¡no caigáis en la desesperación, pensando que no podéis ver aquello que deseáis!».
    • Si os esmeráis con una actividad diligente en limpiar vuestro corazón de la suciedad con que lo habéis embadurnado y ensombrecido, volverá a resplandecer en vosotros la hermosura divina.
      • Cuando un hierro está ennegrecido, si con un pedernal se le quita la herrumbre, en seguida vuelve a reflejar los resplandores del sol;
      • de manera semejante, la parte interior del hombre, lo que el Señor llama el corazón, cuando ha sido limpiado de las manchas de herrumbre contraídas por su reprobable abandono, recupera la semejanza con su forma original y primitiva y así, por esta semejanza con la bondad divina, se hace él mismo enteramente bueno.
  • Por tanto, el que se ve a sí mismo ve en sí mismo aquello que desea, y de este modo es dichoso el limpio de corazón,
    • porque al contemplar su propia limpieza ve, como a través de una imagen, la forma primitiva.
    • Del mismo modo, en efecto, que el que contempla el sol en un espejo, aunque no fije sus ojos en el cielo, ve reflejado el sol en el espejo, no menos que el que lo mira directamente, así también vosotros-es como si dijera el Señor-, aunque vuestras fuerzas no alcancen a contemplar la luz inaccesible,
  • Si retornáis a la dignidad y belleza de la imagen que fue creada en vosotros desde el principio, hallaréis aquello que buscáis dentro de vosotros mismos.
    • La divinidad es pureza, es carencia de toda inclinación viciosa, es apartamiento de todo mal.
    • Por tanto, si hay en ti estas disposiciones, Dios está en ti.
    • Si tu espíritu pues,
      • está limpio de toda mala inclinación,
      • libre de toda afición desordenada
      • y alejado de todo lo que mancha
    • eres dichoso por la agudeza y claridad de tu mirada,
      • ya que, por tu limpieza de corazón, puedes contemplar lo que escapa a la mirada de los que no tienen esta limpieza,
      • y, habiendo quitado de los ojos de tu alma la niebla que los envolvía, puedes ver claramente, con un corazón sereno, un bello espectáculo.

Resumiremos todo esto diciendo que la santidad, la pureza, la rectitud son el claro resplandor de la naturaleza divina, por medio del cual vemos a Dios.

Para contemplar
LA TENDRESSE (LA TERNURA)

Se puede vivir sin riquezas
Casi sin el dinero de señores y de princesas e incluso hay mucho más
Pero vivir sin TERNURA
nunca lo podríamos hacer
¡No, no, no, no! nunca lo podríamos hacer.

Se puede vivir sin la gloria
que no muestra nada
ser desconocido en la historia
y encontrarse bien.
Pero vivir sin ternura es una opción. 
No, no, no, no, no es una opción.

Qué dulce debilidad
Qué bello sentimiento
Es la necesidad de cariño que nos viene cuando nacemos
Verdaderamente, verdaderamente, verdaderamente.

Se necesita trabajo
Pero si tenemos que quedarnos
semanas sin hacer nada
¡bueno, nos acostumbramos!
Pero vivir sin ternura
el tiempo parece largo
No no no no no
El tiempo parece largo

En el fuego de la juventud
nacen los placeres y el amor hace hazañas
para deslumbrarnos
Pero sí, sin ternura el amor no sería nada
No, no, no, no
El amor no sería nada.

Cuando la vida despiadada
Caes sobre ti
Sólo somos un pobre diablo
Aplastado y decepcionado
Así que sin el cariño
Con un corazón que nos apoya
No, no, no, no,
No iríamos más lejos

Un niño te besaporque eso lo hace feliz

Todas nuestras penas se borran
Tenemos lágrimas en los ojos
Mi Dios, mi Dios, mi Dios…
Dentro de nuestra inmensa sabiduría
Inmenso fervorHaz llover sin cesar
Al fondo de nuestros corazones
arroyos de ternura
para que reine el amor
reine el amor
hasta el final de los días.

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