¿COMUNIDADES PARA EL DIÁLOGO INTER-RELIGIOSO? “En religiosidad compartida”

 “Otra comunidad es posible”. La comunidad que conversa y en la cual no hay voces mudas. La comunidad que comparte la fe. Y… se abre a otras conversaciones, que se echan mucho de menos en nuestro mundo. Es tan sencillo como generar la hospitalidad ínter-religiosa.

Quienes pertenecemos a la vida religiosa o vida consagrada disponemos de las excelentes condiciones para entablar el diálogo inter-religioso. La memoria de nuestras raíces monásticas y carismáticas, de nuestra ascética y mística -entendida como referencia vital y permanente al Misterio santo – nos habilita para el diálogo de vida con otras tradiciones religiosas y con otras confesiones cristianas. Pero ¿lo hacemos?

No se trata solo de un diálogo sobre nuestras teorías, doctrinas, dogmas, ideas o creencias., formando parte de comisiones ínter-. Se trata de algo más casero, más cercano. ¿Porqué no plantearnos invitar a nuestras reuniones comunitarias a personas que piensan y viven su religiosidad de forma diferente a la nuestra? Lo mejor sería un diálogo de experiencias, un diálogo en que nos comuniquemos nuestra “fe”, cómo sentimos el Misterio, qué mística nos envuelve, cómo nos sentimos envueltos en la compasión, qué tipo de amor nos habita. Las “creencias” -esos dogmas que aceptamos porque así se ha ido transmitiendo de generación en generación- no debería ser el objetivo de tales encuentros y conversaciones. El objetivo sería mucho más vital y obtendría de cada uno de nosotros nuestra verdad religiosa, nuestra experiencia del Misterios Fascinante y Terrible.

El diálogo interreligioso es indispensable para conseguir la paz en el mundo. Glosando la afirmación de Hans Küng que decía “nunca habrá paz entre las naciones sin la paz entre las religiones”, podemos añadir “que no habrá paz entre las religiones sin la mediación de mujeres y hombres religiosos” a través de un diálogo de experiencias de fe. Este tipo de diálogo (interfaith dialogue) ha llegado a ser un elemento esencial de la misión.

Pero, ¿estamos formados para ello? ¿Se piensa en una formación continuada para el diálogo inter-religioso?

Impactos: 156

Esta entrada fue publicada en General. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *