CONVERSACIONES SIGNIFICATIVAS: ¿DE QUÉ HABLABAIS POR EL CAMINO?

No basta estar convencidos de la importancia del diálogo. Hay que hacerlo realidad. Por eso, es de aplaudir la iniciativa de algunos institutos que se ponen en “modo Capítulo”, a través de “conversaciones significativas”. No se trata de respuestas a preguntas -como si de un examen o encuesta se tratara-, sino de “conversaciones significativas”. No se trata de responder a cuestionarios previamente elaborados, sino de suscitar conversaciones espontáneas sobre aquello que nos resulta más relevante, apremiante, inspirador en diversos momentos de nuestra vida.

Y ¿porqué decimos “conversaciones significativas”?

Porque hay conversaciones que son mero “pasatiempo”, conversaciones insustanciales, que inmediatamente olvidan. La conversación significativa es otra cosa: aporta vida, horizontes, inspira, no cansa..

El gran científico y pensador chileno Humberto Maturana ha estudiado

  • cómo la conversación transforma la convivencia,
  • cómo la conversación “convierte”[i].
  • Nosotros, los seres humanos nos construimos y transformamos a través del lenguaje.
  • Nuestra estructura es lenguajeante. 

No hay que olvidar que la conversación es la necesaria expresión de un aprendizaje activo y colaborador.

Una comunidad sin conversaciones significativas… ¿cuáles?

La conversación es, siempre algo espontáneo. Pero también se dice que “de la abundancia del corazón habla la boca”. Cuando vivimos como seres humanos “inquietos”, cuando sentimos auténtica inquietud por todo lo humano, lo cósmico, lo divino… establecemos lazos de comunicación: entonces nuestras conversaciones resultan luminosas. No se trata de tertulias en las cuales cada uno de los participantes trata de exhibirse y obnubilar al otro, sino de amigables “búsquedas” en las que todos tienen algo que aportar.

¡Comunidad, dime de qué hablas, sobre qué conversas, y te diré quién eres! Gracias a Dios hoy podemos compartir en nuestras conversaciones temas de una gran importancia para entender y configurar nuestra misión y nuestra forma de vivir. Hay grandes pensadoras y pensadores que -desde las más variadas perspectivas- nos ayudan. Podemos transmitirnos sus ideas… a través de conversaciones significativas.

  • He aquí algunos de los temas sobre los que podemos conversar:
    • nuevos paradigmas de espiritualidad, la religión del mañana o el futuro de las grandes tradiciones religiosas;
    • otras formas de superar la pobreza y la desigualdad con la propuesta de nuevos modelos de economía, de sociedad, de política (la sostenibilidad, la cuarta revolución, la sociedad a coste cero… la nueva frugalidad, la nueva monogamia y el amor líquido…)
    • la revolución transhumanista, la teoría de género, la revolución sexual contemporánea, las llaves del futuro;
    • lo que está ocurriendo en el siglo XXI, en la ciencia, en la ética, en el arte, en la tecnología, en la organización y el liderazgo, la solución de conflictos y formas nuevas de reconciliación
    • ecología como perspectiva de la teología, la espiritualidad y la ética de la Creación,
    • la gran política, que encuentra una traducción creyente y cristiana en la enseñanza social y ética de las Iglesias cristianas y en especial en nuestra Iglesia;
    • el arte y sus manifestaciones actuales: en la música, la pintura, la arquitectura, el teatro, el cine
    • las grandes alternativas y desafíos que nos presenta la ciencia en todas sus ramas;
    • psicología y sociología, tecnología, deporte, teoría del “quantum”, del género, el estado de la fe y la religión en el mundo…

¡Qué pobreza, existe, sin embargo, en aquellas comunidades en las cuales las conversaciones son banales: hablan de lo evidente, de lo que acaece en el momento…desperdician la gran capacidad que el Creador nos hace concedido de captar la realidad, entenderla, comunicarla, tomar conciencia. Las conversaciones no se fuerzan… pero de la abundancia del corazón habla la boca.

Allí donde nohay comunicación de experiencias, incluso de contrastes y diferencias ¿cómo vamos a responder aquel que se dirige a nosotros durante el camino y nos pregunta sobre nuestra conversación? ¿Cómo vamos a ser fieles al sueño de Aquel que nos eligió?,

Si nadie tiene el monopolio del Espíritu, nadie debe tener el monopolio de la palabra.

  Allí donde hay conversaciones significativas, incluso si hay discusión, Jesús mismo se hace presente y se pone a caminar con nosotros[ii]. En la conversación:

  • pueden surgir perspectivas nuevas;
  • se crea un espacio en que se practica la obediencia a la verdad;
  • se renuncia a ser dogmático, impositivo; por eso quien conversa en comunidad, conversa también en la misión;
  • se escucha y se propone; se busca y no se impone la verdad;
  • se escuchan voces que no son habituales, suceden novedades.

El poder de las conversaciones comunitarias de cara a la vida de una comunidad, o de cada a un capítulo general o provincial es inmenso. Las conversaciones “significativas” enriquecen a las comunidades. Pero “las conversaciones de críticas, de puñaladas por la espalda”, destruyen y desmoronan.

(Seguirá otra reflexión sobre “Conversaciones-relatos del Reino de Dios”


[i] Cf. Humberto Maturana, Transformación en la convivencia, Dolmen Ediciones, Caracas, Montevideo, Santiago de Chile,1999.

[ii] “Mientras ellos hablaban y discutían estas cosas el uno con el otro, Jesús mismo vino y se puso a caminar con ellos” (Lc 24,15).

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