LA GRACIA EXTRAORDINARIA EN LO ORDINARIO (Lectio divina – Lunes de la III Semana de Cuaresma)

En aquel tiempo Jesús dijo: “Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. Verdaderamente había muchas viudas en Israel en tiempos del profeta Elías, cuando no llovió durante tres años y medio y hubo mucha hambre en todo el país. Sin embargo, Elías no fue enviado a ninguna de las viudas israelitas, sino a una de Sarepta, cerca de la ciudad de Sidón. También había en Israel muchos enfermos de lepra en tiempos del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús. Lo llevaron a lo alto del monte sobre el que se alzaba el pueblo, para arrojarle abajo. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue (Lc 4,24-30).

Preparación:

Que el Espíritu Santo, que habita en Jesús, ilumine nuestro corazón para acoger la Gracia que nos llega a través de las personas más cercanas, con las que convivimos.

Lectura:

Es terrible constatar la verdad de la frase de Jesús: “Ningún profeta es bien recibido en su propia tierra”. Los hechos lo demostraron. Los paisanos de Jesús se llenaron de ira, se levantaron y lo echaron del pueblo, incluso pretendieron despeñarlo. Es como si la palabra profética resultara lenguaje ininteligible para los de casa y lenguaje diáfano para los de afuera. Jesús ve en los profetas Elías y Eliseo la explicación de lo que le ocurre a Él: estos profetas realizaron su misión más sublime con extranjeros: la viuda de Sarepta y Naamán el sirio: en cambio fueron rechazados en su propia tierra. El ejemplo enfurece a los paisanos de Jesús y les lleva a cometer el mal que Jesús les reprochaba.

Meditación:

¿Qué hacemos con la palabra profética que llega a nosotros? ¿Hay algún profeta o profetisa doméstico a quien estamos rechazando? Dios nos habla frecuentemente a través de nuestros hermanos y hermanas aunque no sean perfectos. Aquí nos cabe reafirmar la convicción de Israel: “¿Qué pueblo tiene un dios tan cercano como tú?” (Deut 4,7). Dios está cercano a nosotros a través de las personas cercanas. Pero ¡qué difícil nos resulta a veces acogerlo! ¡Cómo se nos ciegan los ojos para descubrir su presencia y acoger su mensaje o recomendaciones!

Oración:

Dios y Abbá nuestro, ¡qué ciegos nos volvemos cuando tu gracia nos llega a través de personas que conocemos de toda la vida! Nos da la impresión de que sólo te muestras en lo extraordinario y no en la normalidad. La proximidad nos vuelve envidiosos, reacios, obstinados ante aquellas personas que tú nos envías. Que tu Espíritu, Abbá, purifique nuestra mirada y nuestro corazón, para que acojamos tu presencia tal como nos llega y te la agradezcamos de todo corazón.

Contemplación:

Las personas abiertas a la fe encuentran frecuentemente “lo extraordinario dentro de lo ordinario”. No necesitan pedir signos especiales, para reconocerse inundados por la presencia y la acción de Dios. Las personas de fe son humildes. Como se acontentan con poco, reciben mucho. Saben que su Dios es muy cercano, y por eso, están siempre muy atentos a acoger la Gracia cercana.

Acción:

Hazte consciente en este día de cuánta gracia llega a tu vida a través de las personas con quienes convives ordinariamente. Y si es necesario, pídele a Dios que te libere de la envidia, de la competitividad, del complejo de superioridad. 

Impactos: 332

Esta entrada fue publicada en General. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta en “LA GRACIA EXTRAORDINARIA EN LO ORDINARIO (Lectio divina – Lunes de la III Semana de Cuaresma)

  1. Carmen dijo:

    Me hacen mucho bien estos comentarios y el modo sencillo de la Lectio que nos lleva, siempre a pasar a la acción tras orar y contemplar. Gracias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *