MUNDANIDAD – LOS PRIMEROS PUESTOS

“Mundanidad” lo llama el papa Francisco. “No querer beber su cáliz”, dice Jesús. Hay en nosotros un deseo innato de ocupar los primeros puestos, o estar cerca de quienes los ocupan: ¡en eso consiste la mundanidad! Sin embargo, estar cerca de Jesús es ponerse en los últimos puestos de la fila. Es la enseñanza del evangelio de este día, que puede servirnos para un breve momento de meditación y de “lectio divina”.

Preparación:

La puerta de la fe nos introduce en un camino: iniciémoslo sin miedo sabiendo que Jesús va delante y nos ayudará a superar todos las tentaciones y obstáculos.

Lectura: Mt 20, 17-28

Yendo camino de Jerusalén llamó Jesús aparte a sus doce discípulos y les dijo: “Como veis, ahora vamos a Jerusalén. Allí el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley; lo condenarán a muerte y lo entregarán a los extranjeros para que se burlen de él, le golpeen y lo crucifiquen; pero al tercer día resucitará”. La madre de los hijos de Zebedeo se acercó con ellos a Jesús, y se arrodilló para pedirle un favor. Jesús le preguntó: “¿Qué quieres?”. Ella le dijo: “Manda que estos dos hijos míos se sienten en tu reino uno a tu derecha y el otro a tu izquierda”. Jesús contestó: “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa amarga que voy a beber yo?”. Le dijeron: “Podemos”. Jesús les respondió: “Vosotros beberéis esa copa de amargura, pero el sentaros a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo. Será para quienes mi Padre lo ha preparado”. Cuando los otros diez discípulos oyeron todo esto, se enojaron con los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Sabéis que, entre los paganos, los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos y los grandes descargan sobre ellos el peso de su autoridad. Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el que entre vosotros quiera ser grande, que sirva a los demás; y el que entre vosotros quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos”.

Diversos personajes se arrodillan ante Jesús para suplicarle algo como, por ejemplo:

  • la mujer cananea,
  • la hemorroísa,
  • el padre que tenía a su hijo endemoniado,
  • el jefe de los judíos que le pide la curación de su hija….
  • También la madre de Juan y Santiago, los hijos de Zebedeo,
    • se arrodilla ante Jesús.
    • Pero no le pide una curación, sino privilegios para sus dos hijos: que sean los primeros en el Reino, uno a la derecha, el otro a la izquierda.
    • Ellos se muestran dispuestos beber el cáliz de Jesús. De hecho lo bebieron. Santiago fue el primer apóstol que fue matado por seguir a Jesús. Después comprendió que para ser el primero, hay que estar dispuesto a ser el último.
    • De todas formas, Jesús incluyó a los dos hermanos en el círculo de su intimidad juntamente con Pedro.

Meditación:

Hay momentos en los cuales da miedo seguir a Jesús. Es cuando Jesús entra en la zona del peligro: ¡Jerusalén!, la ciudad que mata a los profetas. De eso les habla Jesús a sus atemorizados 12 discípulos. 

Pero… todos quieren los primeros puestos. Jesús los confronta con el cáliz amargo que han de beber y con el servicio. El seguimiento de Jesús nos pide dos actitudes: no echarnos para atrás ante la dificultad y afrontarla, pase lo que pase; y adoptar siempre la actitud del servidor y nunca la de aquel que pretende ser servido por los demás.

Oración:

Jesús, gracias por tus enseñanzas. Nunca nos pediste nada que tú no hicieras antes. Eres un gran ejemplo para todos tus hermanos y hermanas, para tus discípulos y discípulas. Que tu servicio humilde no desaparezca nunca de tu Iglesia. Que seamos memoria permanente de tu entrega.

Contemplación:

La imagen de la Iglesia de Jesús debe ser siempre la de una comunidad de mujeres y hombres que:

  • están al servicio de los demás,
  • entregan su vida por los otros,
  • renuncian a los primeros puestos, para hacerse servidores de todos.
  • Quienes pretenden “trepar”, subir en la escala del poder, no tienen nada en común con Jesús: el servicio y asumir el último puesto es el único que nos hace grandes. Solo así somos seguidores del Hijo del Hombre

Acción:

Trata en este día de ocupar el “último puesto” y ofrece servicios a personas que te necesiten.

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