¡CADA MISA DETECTA LA PRESENCIA DE JESÚS!

Vivimos en un mundo sin horizonte. Muchas personas que soñaron un mundo distinto, se despiden de éste sin que nada haya cambiado. No ven la tierra prometida y añorada… ni siquiera de lejos. Por eso, hay mucha resignación, realismo. Los cambios se dan… pero siempre son insuficientes. Las utopías de juventud se diluyen. Con todo, necesitamos personas como el gran heterodoxo Ernst Bloch que en su ancianidad decía: “toda cosa tiene su estrella utópica en la sangre… Sólo en nosotros brilla todavía su luz”. Es misión nuestra descubrir esa estrella que brilla en cada cosa, ser la conciencia utópica del mundo. La realidad no es la que es, sino la que debe todavía ser. La Eucaristía es un rito anticipatorio. ¡Felices quienes descubren su estrella! La liturgia de este viernes, 1 de mayo de 2020, nos invita a ello.

En cada Eucaristía brilla su Luz

Cada Misa es un detector de la Presencia de Jesús entre nosotros. Del Jesús apocalíptico: el que camina invisible entre los Siete Candelabros (las iglesias); del Jesús que viene del la Victoria final sobre toda suerte de mal; del Jesús que nos habla a través de la liturgia de la Palabra; del Jesús que nos dijo y prometió:

“Mi cuerpo es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida… El que come y bebe… tiene vida y yo vivo por él”.

Evangelio del día de hoy

En un tiempo de tribulación y desconcierto, como el que estamos viviendo, Jesús se hace presente como en el libro del Apocalipsis. Y nos dice:

“No temas: yo soy el Primero y el Último, el Viviente. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo la llave de la Muerte y del Abismo”

Apc 1,17-18

¡Este es el Jesús cuya presencia cada celebración eucarística detecta! Él es el “Panis angelicus, fit panis hominum” (el pan de los ángeles que se hace pan de los hombres). El que se hace presente viene del Porvenir misterioso que llegará y que Dios Abbá nos tiene preparado.

La celebración eucarística es como una aparición pascual, ofrecida a la comunidad cristiana. Es como una invasión de aquello que nos parece futuro incierto, pero que es Porvenir cierto y gozoso, es el anuncio de la Victoria cuando todavía estamos en batalla.

Lo que vemos sobre la Mesa es aparentemente poca cosa. En nuestro lenguaje solemos decir: “especies sacramentales”. Pero quienes descubren la estrella en cada cosa, exclaman: “¡Es el Señor!” (Jn 21,7).

Porque ardo en sed de Tí, y en hambre de tu Trigo… ¡Ven! ¡Siéntate a mi mesa! ¡Bendice el pan y el vino! ¡Qué aprisa cae la tarde! ¡Quédate al fin conmigo!

Durante toda esta larga etapa de confinamiento han estado cerrados nuestros templos. No se han celebrado la Eucaristía pública… ¡solo ha sido posible transmitirla! Millones de discípulas y discípulos de Jesús hubieran deseado participar presencialmente, comulgar el Pan eucarístico y el Vino, pero las circunstancias lo han impedido. Quienes sienten que “ir a Misa” es un precepto…, una rutina, se habrán sentido liberados. Quienes experimentan la Eucaristía como “encuentro” con el Maestro, el Médico, el Sumo Sacerdote que viene del Cielo, el Amado… lo habrán sentido, como un golpe muy duro. Habrán sentido -como nunca- “la ausencia”.

¿Tenemos hambre y sed de Eucaristía? De seguro que en estos días muchos hogares se han convertido en templos de la nostalgia de Jesús: habrán escuchado su Palabra, habrán orado… y mientras se reunían en torno a la mesa, quizá lo hayan echado en falta… aunque ¿quién sabe si no se habrá producido algún milagro sólo atribuible a Él?

Plegaria

Santa Ruah de Dios-Abbá y de Jesús, Tú eres la que consagras los dones de pan y de vino, y los conviertes en el Cuerpo y la Sangre de Jesús resucitado, Sumo Sacerdote del cielo. Santa Ruah, Tú también nos consagras como comunidad, miembros del Cuerpo del Jesús y en Él nos trasladas a su Mundo ya redimido. Santa Ruah, enciende la estrella utópica que se oculta en la sangre de las cosas y guíanos hacia el Porvenir, ese Adviento que supera nuestros sueños y somos incapaces de imaginar.

Para contemplar:
SABER QUE VENDRÁS, SABER QUE ESTARÁS…
(Martín Valverde)

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Una respuesta en “¡CADA MISA DETECTA LA PRESENCIA DE JESÚS!

  1. ma del carmen dijo:

    Ser conciencia utópica del mundo!!! Saber descubrir la estrella que se oculta en cada cosa, circunstancia, persona…
    Muchas gracias !

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