La Navidad que se acerca es, ante todo, la gran fiesta familiar. Nos hacemos regalos, nos encontramos, la noche se vuelve luminosa, festiva, alegre. El contraste, sin embargo, es muy doloroso para quienes están en una familia rota, enfrentada, o en soledad… cuando ya no hay esperanza de que nada vuelva a ser lo mismo que antes.
La Navidad nos habla de hospitalidad hacia la vida. El reloj de la vida es imperturbable. Nuestro planeta es un ecosistema para la vida. Es un bio-sistema, un bio-topo, donde la vida constantemente se regenera. Nuestro planeta tierra, el planeta azul, está en una perenne Navidad: humana, zoológica, vegetal… Y entre tantas Navidades hay una muy especial, aquella que vamos a celebrar en los próximos días: la Navidad del Hijo de Dios entre nosotros, la Navidad de aquel que se autodefinió: “Yo soy la Vida”.
Un “santo triste” es un triste santo”, dijo santa Teresa de Jesús. Y lo mismo nos cabe decir ahora: “un adviento triste” es un “triste adviento”. Y entonces nos surge la cuestión: ¿qué hacer para alegrar nuestros advientos, nuestras esperas? ¡Qué inquietud nos producen las largas esperas! A veces, ¡hasta uno renuncia a esperar! ¿Ocurrirá algo parecido con la espera del Adviento?
Perdona que no sea original: ¡solo un transmisor! ¡Esta es mi felicitación! JOHN RUTTER es un profeta de nuestro tiempo. Él hace la Palabra de Dios “contemporánea”. Es la Palabra pronunciada y cantada por muchas voces y hasta la madre tierra se une con instrumentos de madera, de viento, de cuerda… Aquí presento la bendición que la liturgia nos ofrece para comenzar este nuevo año 2024:
El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”
Números 6, 22-27
¡Qué belleza! Es así como nuestro Abbá nos bendice a todos y a cada uno, a cada uno de nosotros. John Rutter, movido por el Espíritu, lo ha interpretado así -¡contando con una gran comunidad! Detente y, por favor, ¡escúchalo! Las palabras que lo cantan -en inglés- son el mismo texto de Num 6, 22-27 que acabo de reproducir.
Este profeta de nuestro tiempo, John Rutter, nos explica -con una maestría extraordinaria- cómo la música crea “comunidades”. San Agustín lo dijo de otra forma: “En el Paraíso todos seremos música”. Dedica también un breve tiempo a escuchar a John Rutter… y que el Año 2024 sea para tí y para todos nosotros “Música coral”, el año de la “humanidad coral”, del “planeta sinfónico”.
Suelen distinguir los expertos entre “adviento” y “futuro”. El futuro desvela las posibilidades inéditas del presente y del pasado. El futuro deviene, desarrolla, explicita, aquello que anteriormente estaba sembrado. Por eso, es posible hacer futurología –aunque sea con mayor o menor acierto-. Quienes conozcan adecuadamente el presente y el pasado pueden deducir aquello que el futuro nos puede deparar. En este sentido, la inteligencia artificial predice y puede predecir el futuro.
El “adviento”, sin embargo, es pura gracia, es novedad absoluta. No tiene gérmenes previos. Por eso, el adviento es “porvenir”: aquello, impensable, que se nos concede sin trabajarlo, ni merecerlo. “Adviento” es sorpresa, milagro.
El gran Adviento, preparado y nunca merecido, aconteció cuando “la Palabra se hizo carne”, cuando “Dios envió a su Hijo nacido de mujer”. Aquel momento en que “tanto amó Dios al mundo, que nos entregó a su Hijo único”.
El tiempo litúrgico que iniciamos nos abre a la sorpresa, a lo imprevisible, que lo fue en el pasado y lo sigue siendo en el presente.
Cuatro domingos con sus semanas nos son concedidos para acoger lo que ni el ojo vió, ni el oído, ni la inteligencia humana puede comprender. He aquí como yo titularía cada uno de los domingos de este Adviento 2023:
El primer domingo: “despertar la Pasión de la esperanza”.
Elsegundo domingo: “El Mebasser y sus buenas noticias.
El tercer domingo: “el rostro de la alegre esperanza”.
El cuarto domingo: “Sorpresa de Dios”
Abrámonos a la experiencia de este nuevo Adviento que se nos concede. Entremos en la Escuela de la Esperanza y aprendamos, domingo a domingo la lección.
John Rutter – Look at the world Para meditar
El texto en español
Mira el mundo Todo lo que nos rodea mira el mundo Y maravíllate te cada día. Mira el mundo Tantas alegrías y maravillas, tantos milagros, a lo largo de nuestro camino.
Alabado seas, oh Señor, por toda la creación. Danos corazones agradecidos para que podamos ver Todos los regalos que compartimos y cada bendición. Todo viene de ti
Mira la tierra Produciendo frutos y flores Mira al cielo El sol y la lluvia
Mira las colinas mira los árbolas y las montañas. valle y río que fluye campo y llanura.
Alabado seas, oh Señor, por toda la creación. Danos corazones agradecidos para ue podamos ver todos los regalos que compartimos y cada bendición. Todo viene de ti Piensa en la primavera piensa en el calor del verano. ¡Todo viene de tí
Nos llega este Adviento con un mensaje: ¡Volvamos al Amor con mayúscula, a Dios! ¡Este es el tiempo favorable! ¡Que se rasguen los cielos y descienda! ¡Que Dios nos muestre su rostro! Todo es posible para quien confía en Él
Todos queremos estar junto al “rey”: los jóvenes junto a su “ídolo” musical, deportivo, tecnológico; muchas personas junto a su ídolo político, o religioso o cinematográfico… Nos encanta estar en la presencia del “rey”. El hambre de padre se transmuta en hambre de rey. ¡Así es nuestro mundo mitológico! Teresa de Jesús deseaba -en sus Moradas- ser llevada a la estancia más secreta del Rey.