
Traigo a mi página la reflexión de un admirado amigo, lleno de Dios y de mundo, inquieto por el presente y preparado para acoger el porvenir y colaborar con él. Para su esfuerzo y su fe ¡nada es imposible! Ahora pone su mirada en lo que acontece: ¿tal vez ha iniciado algún demonio una guerra biológica? ¡No son aviones, ni bombas! ¡Es simplemente un virus que se acerca peligrosamente a todos los humanos! ¿Se puede convertir el mal en bien? ¡A ver si de una vez nos damos cuenta de nuestra estupidez política! ¡Otro mundo es posible! ¡La casa de todos… pero sin virus”. Le dejo a Ángel Luis la palabra.
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